López Manrique / Por motivos personales, Carlos Hernández Guío ha dejado de ser presidente del Óbila Club de Basket, sustituyéndole Jonah Callenbach, que podría simultanear el cargo con el de jugador de la plantilla del equipo de Liga EBA, al que ha venido perteneciendo en los últimos años. 

Hernández Guío asumió la presidencia de la entidad verderona en 2019, tomando el relevo del actual delegado provincial de la Federación de Baloncesto de Castilla y León, Raúl Álvarez de Alba. Cinco años después renuncia al cargo que asume Callenbach, “nombrado por unanimidad de los socios” como nuevo presidente, que podría simultáneas continuando como jugador de la plantilla del equipo de Liga EBA en el que ha militado en las últimas temporadas. Volvería a repetirse la dualidad en los inicios de la historia del Óbila, a principios del actual siglo XX, de Héctor Palencia, que fue presidente y jugador.

Llevaba varios años costándome mucho compaginar mi vida familiar y profesional con el cargo de presidente. Hace dos años fui padre y este verano aumentaremos la familia. El poder estar aquí un martes a las diez de la mañana dando una rueda de prensa lo facilita porque soy autónomo, pero el trabajo lo tengo que dejar solo. Todo el tiempo que en estos cinco años los he dedicado al club, se lo he quitado a mi familia y a mi trabajo. Ha llegado un momento que la situación no era sostenible para mí”, ha señalado el ya ex presidente.

Hernández Guío: Satisfecho de su gestión, reduciendo la deuda

El balance de la gestión realizada deja “satisfecho” a Hernández Guío. “ Asumí la presidencia para ver si podíamos dar continuidad a un club que se encontraba en una situación económica muy fastidiada o directamente cerrarlo. O lo llevábamos adelante o con el concurso de acreedores terminábamos con el baloncesto. Gracias a Dios fue la primera de las opciones”.

Reconducir la situación económica del club ha sido la principal preocupación del presidente saliente, consiguiendo dar estabilidad al Óbila al reducir la deuda acumulada de temporadas anterior. Al respecto, cree no haber terminado el trabajo, pero aún cuando la economía del Óbila “no es la más óptima, en cualquier caso no es tan calamitosa como la que teníamos hace unos años y nos permite seguir con la actividad”.

Me habría gustado dar a la ‘marea verde’ alguna satisfacción en lo deportivo, pero creo que mantenernos en la categoría, que es la que actualmente nos corresponde y tener un proyecto a largo plazo, es suficiente satisfacción”, ha asegurado Hernández Guío, que se despide como presidente del Óbila para siempre. “No volveré a serlo, pero permanezco en la junta directiva con una discreta vocalía, la última que haya”.

Continúa la misma junta directiva

La junta directiva mantiene el mismo grupo de trabajo con una sola baja, la que se cubre con el nuevo presidente, Jonah Callenbach, “que es la persona indicada porque tiene unos cuantos años menos que yo y eso da bastante empuje y fuerza, y la ilusión necesaria para ponerse al frente y porque conoce esta ciudad desde hace muchísimos años. Vive aquí con su familia y sus hijos. Es la mejor garantía de que será un gran presidente, aparte de su formación académica y experiencia profesional y los más de cien partidos con la camiseta verderona”, ha indicado el hasta ahora máximo mandatario del club de baloncesto abulense.

Carlos Hernández Guío ha mostrado su agradecimiento para poder realizar su labor como presidente, a su familia, a sus clientes y a sus amigos, entre ellos los del baloncesto, “empezando por todos los que me han acompañado en la junta directiva, que dedican el cien por cien de su tiempo libre y que van a seguir. Sin ellos habría sido imposible sacar el trabajo adelante. Siempre he contado con su apoyo”.

A través de un comunicado en las redes sociales, Hernández Guío ha dado las gracias a su junta directiva, a los entrenadores y jugadores de cantera, a todos los jugadores del primer equipo, a los aficionados, a los patrocinadores y colaboradores del club y a la prensa, quedándose de su período de presidente “con mi reencuentro con el baloncesto” y recordando “por qué practicaba este deporte, por qué quiso que lo practiquen mis hijos y por qué he dado estos cinco años a este club: por las grandes personas que lo rodean. Por vosotros”.

Callenbach: uno más de la familia Óbila

En sus primeras palabras estrenando la presidencia del Óbila, Jonah Callenbach ha manifestar estar “contento e ilusionado”. “Llegué a Ávila con 18 años, muy jovencito, con aspiraciones de ser jugador de baloncesto. Esta ciudad y este club me han acogido y me han hecho sentir uno más de la casa desde muy pronto. Han pasado muchos años entre medias. Mi situación ha cambiado formando una familia, con mi mujer vinculada al equipo sénior femenino y una hija jugando en el minibasket. Tengo mucho amor por el Óbila”. 

Después de estar unos meses hablando con la directiva y estudiando el club desde dentro, he tomado la decisión de aceptar el cargo de presidente, que creo lo puedo hacer bien. Hay partes que voy a aprender sobre la marcha y otras por mi cuenta”, ha informado Callenbach, declarando disponer de “energía y ganas y una formación profesional y académica que creo va a ser bastante útil”.

Este jueves se sabrá quién entrenará al equipo de Liga EBA

Entre las primeras decisiones del nuevo presidente estará la de determinar quién será el entrenador del primer equipo, sin querer pronunciarse de si continuará Evaristo Pérez. Mañana jueves el Óbila dará una rueda de prensa para comunicar el nombre de la persona que dirigirá al conjunto de EBA la próxima temporada. Una vez elegido el técnico, se confeccionará la plantilla, que “será diferente a la de estos últimos años”, “competitiva”, con el objetivo como mínimo de mantenerse. Además, en el tema económico, buscará “otras fuentes de ingreso”, para poco a poco mejorar la situación. 

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