Ángel G. Alameda / “Ha llegado la hora de despedirse. Mi trayectoria como ciclista profesional se acabó”. Así comienzo su mensaje de adiós sobre las dos ruedas el ciclista abulense Diego Rubio, añadiendo que “no ha sido de la forma que me hubiera gustado, ya que como sabéis, el año pasado fue difícil y me ha tocado asimilar las consecuencias. Pero no me voy a a entretener en esa parte”.

Y es que el de Navaluenga quiere olvidar el calvario por el que ha pasado en los últimos tiempos. El año 2022 fue el ‘annus horribilis’ de Diego. En el Trofeo Alcudia se rompió la cabeza del fémur. Era el mes de enero y no se recuperó hasta el mes de mayo cuando regresaba a la carretera para participar en el Tour de Estonia. Allí se caía en la primera etapa sufriendo una fractura abierta de cúbito y de radio en el brazo izquierdo. Le operaban en el país báltico de mala manera, teniendo que volver a pasar por el quirófano porque la movilidad del brazo no era buena debido a que la negligencia cometida por los médicos estonios era de tal calibre que le impedía no solo montar en bicicleta sino llevar una vida normal que ahora quiere reemprender.

Para Rubio lo mejor de su carrera deportiva ha sido “cumplir el sueño de un niño que jugaba con la bici por su pueblo y ha podio correr algunas de las mejores carreras del mundo”. Especialmente la Vuelta a España, que disputó en las ediciones de 2017, 2018, 2019 y 2921, rodando en algunas etapas por las carreteras abulenses. También ha tenido ocasión de formar parte de la selección nacional en dos campeonatos de Europa y un Mundial, todo un honor para cualquier español que se precie de serlo.

Con 32 años y pese al calvario sufrido, se despide sin rencor, agradeciendosinceramente a las cientos de personas que me habéis animado en las cunetas o en las redes sociales. Pero, sobre todo, a todos los que habéis estado en los momentos más difíciles, que habéis sido mucho más”. Del cariño del público y de los aficionados es una muestra que nada más anunciar su adiós como profesional, las redes sociales se han inundado de mensajes de cariño para Diego.

No se olvida el de Navaluenga de los que “habéis creído en mí y me habéis ayudado y aguantado todos estos años. No puedo nombraros uno a uno pero tengo que hacer una excepción con una persona muy importante para mí: mi entrenador y amigo Francis Cabello”. También se acuerda de su familia “por encima de todo”. “Sin el sacrificio enorme de mis padres este sueño no hubiera sido posible. Nos vamos a seguir viendo alrededor del ciclismo. Ha sido un auténtico placer”, concluye.

Aunque como profesional no ganó ninguna carrera -estuvo a punto de hacerlo en varias ocasiones, siendo segundo en la Vuelta a la Comunidad de Madrid, en la Boucle de la Mayenne, en la general y una etapa del Trofeo Matteotti y en sendas etapas de la Volta a Catalunya y el Tour de Azerbayán,-, si ha vencido en la más importante, el del reconocimiento de la afición ciclista española.

Desde Deportes Ávila deseamos lo mejor en su futuro a Diego Rubio, cuya trayectoria deportiva es paralela a la existencia de esta web deportiva que ha seguido y contado sus carreras. Nos acordamos de cuando participaba en las pruebas de escuelas con la Fundación Deportiva Víctor Sastre donde se hizo corredor, pasando por todas las categorías hasta llegar al equipo aficionado del club ciclista de El Barraco, donde tuvo la oportunidad de probar como ‘stagiaire’ en el Caja Rural, con el que correría como profesional un par de temporadas (2016-2017), después de debutar en el Efapel portugués, en el que estuvo dos años (2014-2015). El Burgos BH ha sido su último equipo y en el que más tiempo ha militado, cuatro campañas (2018-2022).

¡Mucha suerte Diego!

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