Ángel G. Alameda / En menos de 24 horas las noticias del Real Ávila se han sucedido de forma continua. Ayer miércoles nos íbamos a comer con la destitución de su entrenador Borja Rubiato. Sorprendente pero no inesperada por como venían desarrollándose los acontecimientos en las últimas semanas.

Con el Real Ávila situado en posición para la fase de ascenso, sus dirigentes decidían de forma muy arriesgada echar al míster encarnado, después que el equipo encajase dos derrotas consecutivas. Para nada valían las once jornadas consecutivas invicto cosechadas a las órdenes de Borja Rubiato, llevando al equipo a una privilegiada cuarta posición, ni que en la temporada pasara le situara en play off. Y es que ese no era el motivo principal de su cese.

Sugerencias no atendidas. El director deportivo del Real Ávila, Joan Farías comparecía por la tarde en rueda de prensa y reconocía que al entrenador se le habían hecho sugerencias, “sin imponerlas”, que no había tenido en cuenta, además de no dar participación en el terreno de juego a los fichajes realizados, calificados de “otra categoría”, por los nuevos propietarios del club, que recordamos poseen una agencia de futbolistas y pueden tener interés en que se alinee a un determinado jugador. Algo que confirmaba el propio Farías al afirmar que no podía ser “que yo firme a siete jugadores y al final no jueguen”.

Donde hay patrón no manda marinero. Farías se justificaba que en toda empresa hay una jerarquía que todo empleado debe cumplir. Algo que no habría hecho Rubiato ante las recomendaciones efectuadas por el club, que justificando que son “gente del fútbol” ven cosas que no ve el entrenador, pese a que reconocía que el que mandaba en el campo era era el técnico y que así lo hará su sustituto, eso sí, que “no estaría mal que escuchase a quien trabajamos en esto”.

Aviso a navegantes. De sobra es conocido el buen ambiente creado entre la plantilla y el cuerpo técnico, hecho que ha contribuido a los buenos resultados deportivos. Ante una posible predisposición de los jugadores a ponerse del lado del ya ex entrenador, Farías, que reconocía que a la plantilla le sentó mal cuando le comunicaron el cese de Rubiato, advertía que los futbolistas eran profesionales y tenían que cumplir su rol y seguir trabajando”.

La fidelidad del cuerpo técnico a Rubiato. El Real Ávila, en principio, cesaba al primer entrenador, pero no al resto de su cuerpo técnico. Le ofrecieron el cargo al segundo Roberto González, y éste decidió no aceptarlo, marchándose también todos los ayudantes en distintas facetas de los que disponía Rubiato.

Mensaje a la afición. Farías ha pedido a los aficionados encarnados que continúen apoyando al Real Ávila, que pertenece a la ciudad y por el que trabajan de la mejor forma posible.

Rubiato: “Contento y orgulloso por el trabajo hecho. Tras la rueda de prensa dada por el director deportivo del Real Ávila, Borja Rubiato daba la suya en la mañana de hoy en el propio estadio Adolfo Suárez. El de Santa María del Tiétar se va “contento y orgulloso por el trabajo que he hecho”. “Ha sido una nueva experiencia en un cargo para mí totalmente nuevo”, añadía.

Tranquilo y discrepante. Sobre los motivos de su cese, Rubiato está tranquilo fundamentalmente por los resultados que ha obtenido y porque entiende que el trabajo realizado día a día ha sido “bueno y acordes los resultados. Respecto a la posible falta de entendimiento con la dirección deportiva, con “sugerencias, presiones y recomendacionespara la entrada en las alineaciones de los nuevos fichajes y en determinaciones, ha dicho, sin entrar en otras consideraciones, en la discrepancia “en momentos puntuales de determinadas decisiones técnicas que corresponden al técnico, que es en quien deben confiar.

Fichajes que necesitan maduración. El de Santa María del Tiétar estima que ha sido cesado por esas discrepancias y las dos últimas derrotas. “Lo que prevalece son los resultados”, ha afirmado, añadiendo que de los fichajes realizados por la nueva propiedad “muchos de ellos no sabía que eran para el primer equipo. Desde mi punto de vista debían tener un proceso de maduración y es el momento en que estos jugadores podían meter la cabeza. Han sido semanas de desgaste en las que no nos hemos ido entendiendo en determinadas situaciones y decisiones.

Con la cabeza alta. “Si hubiera seguido las sugerencias en las alineaciones, al final no estaría aquí”, ha dado a entender Rubiato, que continuaría como entrenador acatando lo que dijeran desde el club. “Me voy con la cabeza muy alta” y que la situación va a ser complicada para el entrenador que venga, suponiendo que le seguirán dando “sugerencias” para que los siete fichajes que han hecho tengan “más protagonismo”.

De bien nacido es ser agradecido. Borja Rubiato ha agradecido en su despedida al antiguo director general del Real Ávila, Carlos González, el que confiara en él para hacerse cargo del equipo. De todos los jugadoresse lleva un aprendizaje y nuevas experiencias”. “Los últimos momentos han sido muy intentos y muy bonitos que me voy a llevar de por vida”, comentaba, diferenciando la posible amistad con los futbolistas de lo que es la relación entre jugador y entrenador. Ha tenido unas palabras especiales para Javi de Mesa, “jugador que en los últimos tiempos no lo ha pasado bien y que tiene una presión añadida. Ha demostrado amor y profesionalidad al club”.

El Real Ávila es el club de la provincia. También mostraba su gratitud con los trabajadores del Real Ávila, “muchos de ellos lo hacen de forma desinteresada y se dejan la vida por este club”, que “es la esencia que tenemos que guardar y hacer que perdure”. Extendía el agradecimiento a los periodistas porque “siempre habéis respetado mi trabajo y me habéis hecho crecer en el mundo del fútbol”. Mención también para las instituciones, Diputación Junta de Castilla y León, Ayuntamiento de Ávila y “a los alcaldes de los pueblos que nos han abierto las puertas, que han entendido que el Real Ávila es de todos sin excepción y es el club de la provincia, y que nos han llenado de orgullo cuando hemos ido a visitarles”.

En su despedida, Rubiato ha pedido que “a la persona que venga le hagan fácil el trabajo y sobre todo que le arropen y le ayuden”, deseando “toda la suerte a la entidad”.

El elegido, José ‘Chino’ Zapatera. Tras la comparecencia de Rubiato venía la presentación de su sustituto. Un viejo conocido de la afición encarnada. Abulense, con dos etapas como jugador del Real Ávila y una al frente del equipo entre los años 2006 y 2009, fructíferas porque en las tres temporadas logró meterle para disputar la fase de ascenso a Segunda División B. Estas circunstancias han sido tenidas en cuenta por el club, según manifestaba Joan Farías, al considerarle “la persona más indicada para coger el equipo”, con el que hablaron después de cesar a Borja Rubiato.

“¿Quien no firma pegar el campanazo?”. Tras haber dejado de entrenar hace algunos años “por temas de trabajo”, Zapatera viene “con unos ganas enormes”. “He seguido viniendo al campo, viendo fútbol y estoy informado de la plantilla”, ha indicado, para hacer frente a un “proyecto corto” y para el que necesita formar su equipo de trabajo -tendrá como segundo entrenador a Jordi y dos o tres personas más-, dado que se han marchado todos los que estaban con Rubiato. Algo que “es nuevo” para el abulense, encontrándose con el “equipo hecho por Joan (Farías) con todas las garantías del mundo para intentar jugar el play off. ¿Quien no firma pegar el campanazo?

Partido a partido. Chino Zapatera ha mencionado al Cholo Simeone que dijo esa frase “después que la hiciéramos  todos”. “Estoy pensando en el partido del domingo. Tenemos buen equipo. Si no yo no estaría aquí. Se lo que es ser entrenador del Ávila y quiero al Ávila, pero eso tiene sus contras. Pido a la afición que siga respondiendo. Los tres años que pasé aquí fueron magníficos. Ojalá que parecieran un poquito a lo que yo pude vivir en esos años, no hace tanto”.

Entrenador por siete partidos. “Con la misma ilusión con la que empecé. Que no piense nadie que vengo a pasar siete semanas y largarme. Intenté que me firmarán otro año pero no han querido, no pude engañarlos, me lo tengo que ganar. Esto es así. Yo siempre he firmado un año en los equipos que he estado. Estoy convencido que si en estos siete partidos y otros del play off, si lo hacemos bien contarán conmigo y si no me viene muy bien como entrenador”.

Zapatera ya ha entrenado a la plantilla esta misma mañana. Ha hablado con los jugadores, reconociendo que estaban tristes. “Es normal”, pero “esto es fútbol profesional. Mis jugadores están aquí porque cobran y tienen que hacer su trabajo. Antes lo han hecho con Borja y ahora lo tienen que hacer conmigo”.

Seguirá el trabajo realizado por Rubiato. “No voy a inventar ni cambiar nada”, ni horarios de entrenamientos ni costumbres, aunque la metodología y los sistemas lo harán “cómo yo les diga”, mediante 4-4-2 y 4-2-3-1. Ha enviado un mensaje de tranquilidad a la plantilla: “Yo no vengo a molestar. Vengo a ayudarlos desde la experiencia que me dan 15 ó 16 años que me he tirado en los banquillos”. “Sé que hay una plantilla de 21 jugadores que son buenos y que tenemos alternativas”.

No acepta sugerencias. El nuevo entrenador ha pedido a la directiva que le dejen trabajar en el aspecto deportivo. “Que me dejen libertad para que yo decida, para que yo me equivoque o para que yo acierte”. “Si alguien me dice quien tiene que jugar, me voy ahora mismo”.

El alma del Real Ávila es de los abulenses, el cuerpo pertenece a los mercaderes. La reflexión final a que llegamos después de este frenético hilo de acontecimientos, poco apropiados a falta de siete jornadas para la terminación de la fase regular del Grupo VIII de Tercera RFEF, nos lleva a concluir que con independencia de quienes sean los propietarios del club, ahora en manos de unos agentes de futbolistas, la esencia y el espíritu encarnado es de la sociedad abulense, que debe apoyar sin fisuras a una entidad que cumplirá en agosto cien años de vida. Pocas en la ciudad amurallada la superan en antigüedad.

Después de haber tenido tres propietarios en un año, la situación por la que atraviesa el club no parece la mejor, a falta de cinco meses para hacerse centenario, de cuya celebración aún no se conoce nada y eso que algunas instituciones como el Ayuntamiento de Ávila tienen comprometida para este acontecimiento una ayuda superior a los 40.000 euros. Sería lamentable dejar pasar el hecho histórico único de celebrar los 100 años del Real Ávila con más pena que gloria. Responsabilidad que está en manos de sus actuales propietarios, más preocupados ahora que jueguen los futbolistas que han fichado, siendo obligación de todos los abulenses exigirles, no solo resultados deportivos, sino respeto por una institución de la ciudad.

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