Plantilla del Real Ávila 2015/2016 |
Carlos Jiménez (Zona Mixta Abulense) / Se acabaron las pruebas. Los entrenamientos y partidos de pretemporada ya son historia. La próxima cita no será con balas de fogueo. Este domingo, el Real Ávila C.F. iniciará una nueva temporada recibiendo al filial de la Arandina a partir de las 18 horas en el Adolfo Suárez. Será el pistoletazo de salida del conjunto encarnado en el Grupo A de la Primera División Regional de Aficionados. El objetivo, regresar a la Tercera División. La empresa no será fácil, nada fácil.
El equipo de la capital amurallada regresa a una categoría que abandonaba hace 34 años y a la que pocos, por no decir ninguno, pensaban que se volvería. El último encuentro en la misma tenía lugar en el estadio municipal abulense un 21 de junio de 1981. El rival fue el Unión Aravaca. El resultado, una goleada por 10-0 con la que los encarnados cerraban una temporada perfecta en la que se ganó la Liga; sólo se perdió un encuentro en todo el año; y el bagaje de goles fue de 97 a favor y sólo 12 en contra, todo ello bajo la dirección de José María Martínez en el banquillo y Antonio Álvarez en los despachos.
Todo ha cambiado desde entonces. La categoría, poco o nada tiene que ver con la de aquella época, en la que el Ávila estaba encuadrado en un grupo donde destacaban equipos como el Móstoles, la Segoviana o los filiales de Real Madrid, Atlético de Madrid o Rayo Vallecano. El nivel era probablemente más alto que el que actualmente existe en la Tercera División y, sin exagerar, que de algunos conjuntos de la actual Segunda División B. Los aficionados acudían en masa a los campos de fútbol independientemente de la división.
Pero eso ya es historia y cuando el domingo el balón eche a rodar no valdrá para nada. Tampoco servirán las 11 temporadas en Segunda B ni las 40 campañas en Tercera División con las que cuenta el Real Ávila en su palmarés. Bueno, estos datos serán un déficit que superar a lo largo de este año, pues el conjunto encarnado será el rival a batir. Al que todos los rivales querrán ganar, una circunstancia que añade más dificultad al objetivo si cabe. El camino no será fácil, sobre todo lejos del Adolfo Suárez.
Para hacer frente a estas adversidades sólo caben dos actitudes cada domingo sobre el terreno de juego: trabajo, trabajo y trabajo y humildad, humildad y humildad. Si los jugadores abulenses se olvidan de ambas premisas, el ascenso y la supervivencia del club, dos situaciones que van unidas esta temporada, se escaparán poco a poco sin que nada se pueda hacer al respecto. Para no salirse de la línea, Luis Ortega debe ser la mejor garantía para lograrlo.
Su regreso tiene más lecturas que la del simple fichaje de un entrenador, pues la letra pequeña de su vuelta deja entrever como a veces un escudo, una camiseta, un sentimiento, debe estar siempre por encima de redecillas pasadas y de la gente que dirija el club, un club que debe estar por encima todo. Esto es algo que muchos no han entendido o no han querido entender en muchas ocasiones y tiene que ver con la situación actual que vive el fútbol abulense, pero ese es otro tema y ya habrá tiempo para hablar de ello.
En cuanto a los jugadores, la primera premisa es la más positiva que se puede tener sobre una plantilla: están los que han querido estar, algo que para hacer un equipo es fundamental. Y en Regional, la idea de formar un equipo por encima de las individualidades es clave. ¿Tiene nivel para lograr el objetivo del ascenso? Sí. El plantel une veteranía y juventud y calidad suficiente para imponer su juego sobre los rivales, cuyo nivel todavía es una incógnita.
Hombres como Marcos, Llorián, Josito, Jose María, Abel, Javito, Pindado, Félix, Senén, Edu, Zaka, Adrián o Roberto han de dar un paso al frente y marcar un ritmo y un compromiso que han de seguir otros más jóvenes y con menos experiencia en este mundo del fútbol como Chispi, Yassine, Alberto, Garrido, Pichu, Juan, Chema o Toño. Si esto se consigue, el objetivo estará más cerca.
Además, aunque suene a tópico, la afición debe ser el jugador número doce. Mucho me temo que al principio será escasa, como por desgracia viene ocurriendo en los últimos 20 años, pero si los resultados acompañan y el equipo está arriba en la clasificación, la parroquia encarnada puede ir sumándose al proyecto y recuperarse con ello un sentimiento por el equipo de la ciudad perdido hace mucho tiempo por diferentes circunstancias. El domingo el primer acto. Suerte y al toro…