Arroyo en el paseo del Rastro (Foto: Jonathan Martín – El Norte de Castilla) |
«El Demonio, el Guañan, son muchos los apodos que he escuchado haciendo referencia a Ángel Arroyo. La primera vez que lo escuché fue algo así: ‘Ha venido el Salvaje’. No tenía ni idea sobre quién hablaban», relata Pedro Delgado en su página web. El Salvaje era Ángel Arroyo (El Barraco, Ávila, 1956), que será homenajeado este domingo en la XIX Marcha Cicloturista Pedro Delgado. Segundo clasificado en la general del Tour de Francia de 1983 y ganador de etapa ese mismo año y el siguiente, Arroyo «fue pionero en España», asegura Perico, «en empezar a realizar entrenamientos planificados y en tener entrenador; empezó a cambiar la mentalidad de muchos de los que eran ciclistas profesionales». Unas fiebres de Malta cuando alcanzaba la madurez encima de la bicicleta frenaron la carrera de un corredor que reniega de la época cercana en que los ciclistas «subían igual que bajaban y no sudaban». «Empezaron a entrar los médicos por medio y hubo un cambio general en el ciclismo».