Federación de Caza de Castilla y León / Este domingo comienza una nueva temporada de caza en Castilla y León. El campo se renueva con una espléndida otoñada que creíamos olvidada después de algunas temporadas nefastas en lo climatológico y mermadas en piezas de caza. Las encinas, robles y castaños, vienen cargados de frutos, y nuestros campos verdean con la fuerza de la renovación. Un otoño, dentro de la normalidad estacional olvidada después de un ciclo adverso en todos los sentidos, en el que se augura una temporada de caza con piezas más abundantes y más fuertes que a buen seguro depararán lances inolvidable.
Las poblaciones de caza menor en general han tenido una buena cría. Las perdices han sacado polladas numerosas. No sabemos cuántas quedarán para la apertura. La liebre parece recuperarse de los envenenamientos sufridos en la plaga de topillos, y palomas torcaces y bravías nunca han sido tan numerosas. Solo el conejo parece no terminar de levantar cabeza con la enfermedad hemorrágica que sigue marcando los tiempos en sus densidades. Las migratorias, como la becada y las anátidas, estarán en función de los temporales del norte de Europa.
Cada coto deberá desarrollar su temporada de acuerdo con su plan cinegético vigente y según las existencias y situación poblacional de las especies. Desde esta Federación recordamos a los gestores que las medidas que emprendan deben ir siempre encaminadas a una buena autogestión del terreno que afecte de forma positiva a las poblaciones cinegéticas.
Es un ejercicio importante y necesario llevar a cabo trabajos en los que participen todos los socios. Los cupos no son un capricho, provienen del cálculo de extracción de poblaciones para no mermar las posibilidades de futuras generaciones de animales de caza, como los horarios y zonas de reserva que hay que implantar cuando la densidad poblacional lo recomienda.
En otro orden de cosas, debemos seguir recordando y poniendo especial énfasis en las medidas de seguridad que debemos emplear en todas y cada una de las jornadas de caza. Este otoño nuestros montes estarán muy concurridos por senderistas, ciclistas, aficionados a los hongos y recolectores de todo lo imaginable. Debemos recordar a todos ellos que el campo también puede tener dueño, y que todos y cada uno de los aprovechamientos que ofrece, y en todas las estaciones, tienen unas normas de uso y recolección que corresponde a sus titulares, sean particulares, ayuntamientos, mancomunidades, etc, y que para la recogida de estos frutos o el uso del terreno, tenemos normas; y aunque tengamos unos derechos, estos siempre vienen acompañados de obligaciones.
En el caso de los cazadores, que dicho sea de paso, pagan licencias, seguros y rentas a los propietarios de los terrenos, cuidado y paciencia con el resto de usuarios del campo y a estos últimos lo mismo, respeto a la actividad cinegética y prudencia para evitar accidentes.
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