Javier Fernández |
Europa Press / El español Javier Fernández, que este fin de semana logró el oro en la prueba de patinaje artístico del Campeonato de Europa de Zagreb, el primero en la historia de España, ha asegurado que es consciente de la presión que supone ser precursor en su deporte y que aún así tratará de conseguir «más medallas«, después de muchos años en los que ha tenido tiempo para ‘crearse‘ «como patinador«.
«La gente va a querer más medallas, y yo voy a intentar conseguirlas. Voy a dar el cien por cien para poder hacerlo. Voy a seguir para adelante y esperemos que para arriba. Ojalá que la próxima vez venga con otra medalla«, declaró el joven madrileño vinculado a la localidad abulense de Navalacruz en la rueda de prensa ofrecida este martes en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Fernández ha valorado su trayectoria a lo largo de los años, desde que consiguiera un vigesimoctavo puesto en la misma prueba hace siete años hasta la actualidad. «Ha sido progresión muy buena, mirábamos ir por a poco, Europeo a Europeo, Mundial a Mundial, he ido ganando posiciones. Tengo mucha más experiencia, más horas de entrenamiento, mejores programas… He tenido más tiempo de crearme como patinador«, indicó.
“No me llegué a creer que era campeón de Europa”
El campeón europeo contó sus sensaciones nada más terminar el ejercicio que le dio la medalla. «Después de hacer el programa largo tenía una satisfacción increíble. No sabía que era primero, porque todavía había otro par de patinadores por competir. Sabía que era muy difícil, pero me fui contento, con una marca buenísima y con muchísimos puntos, y sobre todo con la sensación de que a la gente le había gustado. Cuando me enteré de que era campeón de Europa no me lo llegué a creer. Espero poder repetirlo«, relató.
«Después de salir del podio encontré a mis padres entre miles de personas. Patiné por toda la pista hasta que conseguí darles un abrazo. Me dijeron que me lo había ganado y que iba a llegar a lo más alto«, añadió.
Sin embargo, Fernández reconoció que la presea no supone una presión añadida a la que ya tenía. «Hace mucho tiempo que tengo presión. No es sólo competir bien, es crearte un nombre. Llevo entrenando toda la vida con Javier Raya, y quiero que compita conmigo. Si no lo hago bien, él se va a quedar en casa. Tenemos pequeñas presiones«, subrayó.
«En España estamos intentando ir a casi todas las competiciones. Vamos a intentar ir al Mundial, hacer el mismo trabajo o incluso mejor, corregir todos los pequeños fallos que hemos tenido y poder conseguir tantos puntos como esta vez en el Europeo. Intentaremos hacerlo lo mejor posible«, expresó.
“Mi momento más duro fue cuando me fui de España”
Fernández, que actualmente reside en Toronto (Canadá), también reconoció que para llegar hasta donde lo ha hecho ha tenido que hacer muchos sacrificios. «Hubo un momento bastante duro, cuando me fui por primera vez de España, a Estados Unidos. No sabía el idioma ni cómo vivir sin mis padres. Tenía 17 años y me fui a un país desconocido, con personas desconocidas. Fue duro cogerte un apartamento, irte a un Ikea, comprar los muebles y todavía sin luz, con velas, ponerte a montar las camas. Han sido cosas duras, pero para todo hay que hacer un esfuerzo«, contó.
Por último, relató la odisea que vivió en Zagreb, donde no pudo entrenar y tuvo que competir directamente después de que se extraviasen sus patines en el aeropuerto. «No se pueden llevar en el avión, porque tienen una cuchilla, que es considerada arma blanca. Ya nos ha pasado alguna vez. Llegamos al campeonato y la maleta no estaba; me perdí dos días de entrenamientos, más otros dos días de viaje en los que no puedes hacer nada«, indicó.
«Encontramos la maleta un día antes de competir, pero no pude entrenar en la pista de competición; la primera vez que pisé la pista fue en el programa corto. Los patinadores somos un poco maniáticos con esto, porque cada hielo es diferente. Meternos en una pista sin saber cómo está es bastante complicado. La cosa fue bien, pero fui bastante asustado«, añadió, antes de confesar que fue su hermana la que le metió el ‘gusanillo’ del patinaje. «Empezó unos días antes que yo. Cuando la vi patinando quise hacerlo y desde este momento no me he vuelto a quitar los patines«, concluyó.
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