Carlos Soria, pala en mano, quitando la nieve sobre las tiendas en el campo base

Carlos Soria desde el campo base del Annapurna: «Sigue nevando, y no para de nevar. No son buenas noticias para nuestro siguiente intento de cumbre, porque la montaña continua cargándose de nieve, y eso hace imposible cualquier acercamiento a los campos de arriba. Así que seguimos «atrapados» en el campo base, sin tener ni idea de cuándo mejorará un poco la meteorología«.

Queridos amigos:

Sigue nevando, y no para de nevar. No son buenas noticias para nuestro siguiente intento de cumbre, porque la montaña continua cargándose de nieve, y eso hace imposible cualquier acercamiento a los campos de arriba. Además, cada día cae aproximadamente una cantidad de un palmo y medio aquí en el campo base, que se derrite en gran parte por las mañanas cuando sale un rato el sol. El problema es que en altura esa nieve se mantiene, las cuerdas que están fijas se habrán cubierto, y la huella que ya estaba abierta se habrá tapado de nuevo. Así que cuando el tiempo nos dé un respiro y podamos intentar la cima, tendremos que volver a «trabajarnos» la montaña casi desde el principio.
Así que seguimos «atrapados» en el campo base, sin tener ni idea de cuándo mejorará un poco la meteorología. Algunos pronósticos hasta decían que hoy iba a hacer buen tiempo, y escribo esto en medio de una nevada de las peores que hemos tenido desde que llegamos aquí hace casi un mes. Esta mañana, antes de desayunar, incluso nos hemos dedicado un buen rato a adecentar un poco de nieve el campo base, porque las tiendas, los bidones, los paneles solares… todo estaba totalmente cubierto de blanco. Un esfuerzo prácticamente en vano, porque a medio día estaba todo exactamente igual. Así que mañana tocará hacer todo otra vez.
En previsión de que tengamos que seguir unos cuantos días parados, hoy he decidido retomar la costumbre de entrenar un poco antes de comer. De hecho, prácticamente todos los miembros de la Expedición hemos salido a dar una vuelta, en lo que llamamos la «parte de atrás» del campo base: una explanada preciosa rodeada de montes, con unos glaciares impresionantes. Ha sido un paseo corto, pero con mis compañeros Luis y Nacho Tena ya nos hemos puesto de acuerdo para, desde mañana, hacer algunas rutas exploratorias por la zona, que prometen ser muy interesantes. Así, por lo menos, podré estirar las piernas hasta que el Annapurna nos dé una oportunidad para subir.
 
Un abrazo,
 
Carlos Soria (Campo base del Annapurna; 23 de abril de 2012)
Artículo anteriorFÚTBOL – El domingo 29 de abril, la Peña Barçavila celebrará su décimo aniversario
Artículo siguienteBALONCESTO – Primer asalto al play-off para subir a LEB Oro