El equipo encarnado, tras visitar a La Bañeza tendrá dos partidos seguidos en casa ante la ‘Cebre’ y el Numancia B
María Sánchez / Colista del grupo VIII de Tercera División, con una desventaja de cuatro puntos respecto a la zona de salvación, el Real Ávila ha terminado de la peor manera posible el año 2014, lleno de sobresaltos y cambios en directiva, cuerpo técnico y jugadores. Las sensaciones no son desde luego las mejores para un club necesitado de estabilidad y al que deben servir estas vacaciones navideñas de reflexión para empezar el nuevo año con fuerzas renovadas con el fin de cambiar el rumbo de la nave.
El 4 de enero el Real Ávila volverá a los terrenos de juego en el antepenúltimo partido de la primera vuelta. Lo hará viajando a La Bañeza donde le espera un rival de la zona media de la tabla, situado en undécima posición y con 13 puntos más. Los bañezanos son de los equipos más fuertes en casa, donde han perdido únicamente un partido y fue a principios de temporada ante el entonces imbatible Mirandés B (0-2). Sus números son equilibrados, teniendo como máximo goleador a Ricardo con 6 tantos, habiendo encajado 19 su portero Pablo.
Después del desplazamiento a tierras leonesas, los de Toni Ayala tendrán dos partidos seguidos en casa. El primero ante la Cebrereña en el derbi abulense. Los de Pepe García también necesitan imperiosamente los puntos por su situación al borde del descenso. Cualquier resultado puede darse en esta confrontación. El segundo encuentro es ante el Numancia B, actualmente situado en puestos de playoff -es cuarto-, con los mismos 29 puntos que el quinto. Los sorianos vendrán a Ávila a por la victoria para no caer de esas privilegiadas posiciones. Su mejor artillero es Pablo Valcarce con 8 goles y el meta Guillermo es el cuarto menos goleado del grupo, con un promedio de 0,88 por partido.
Pero además de tener que ir a por la victoria en los tres partidos que quedan para finalizar la primera vuelta, el Real Ávila debe reforzar su zona de ataque, el punto débil del equipo como lo demuestran los escasos 9 goles anotados en 17 jornadas. Hace falta un hombre que finalice con éxito las ocasiones que pueda generar el equipo. Si no se consigue será difícil que llegue la anhelada recuperación encarnada, con el camino cada vez más corto para marcharse a la categoría regional.