@deportesavila / Tras no presentarse en las dos primeras jornadas, ante el Bosco de Arévalo y frente al San José, el Comité de Competición ha sancionado al Real Burgos con la exclusión del grupo A de la Primera División Regional de Aficionados, imponiéndole además una multa económica de 600 euros que se suman a los otros 600 con que fue castigado por su incomparecencia en la jornada inaugural.
La sanción lleva aparejada que el equipo burgalés quede último en la clasificación, con cero puntos, computando su plaza entre los descensos previstos. Asimismo, no podrá competir la próxima temporada, pudiendo hacerlo en la 2020/2021 en la última categoría del fútbol provincial, sin tener derecho al ascenso en las dos campañas siguientes.
El Real Burgos insiste que por un auto judicial de 16 de agosto es equipo de Tercera División y por lo tanto no pertenece a otra categoría. En un comunicado del club acusan a la Federación de Castilla y León de Fútbol de “abuso de autoridad” de su presidente Marcelino Maté. Ambos “cuentan ya con un requerimiento realizado por un juzgado para dar cumplimiento al auto, por lo que cada jornada que pasa incurre en una conducta que podrá ser perseguida penalmente”. Se pregunta “¿para cuándo el fin de la humillación y la vergüenza a la que se nos obliga?”, calificando a la medida adoptada como “absolutamente desproporcionada” y “fuera de lugar”.
“Con su actitud, Marcelino Maté y los suyos desprecian de nuevo el sistema constitucional atentando de forma pública contra los derechos fundamentales del Real Burgos CF SAD y demuestran un ejercicio de funciones de manera arbitraria, creyéndose por encima de todo y de todos”, concluye.