Ángel G. Alameda / El Real Ávila regresó de tierras lucenses con la sensación amarga de haber dejado escapar un partido que pudo —y debió— ganar. La Sarriana, más efectiva y amparada en las paradas de un inmenso Pirot, se impuso por 2-0 en un duelo en el que los abulenses perdonaron demasiado. Los goles de Berardozzi y Millán en la segunda mitad castigaron el desacierto visitante y pusieron fin a la mala racha del conjunto gallego, que llegaba después de tres derrotas consecutivas.
Hasta en siete ocasiones el balón voló, rozó el aire húmedo de Sarria y pareció que el gol del Real Ávila era inevitable. Pero no. El fútbol, ese dios caprichoso, decidió el domingo no premiar al que más mereció, en un partido que tuvo de todo: dominio, oportunidades clarísimas y un portero local en modo de héroe.
🔥 Un arranque de vértigo sin premio
Desde el pitido inicial, el equipo de Marc García salió decidido a por el triunfo como una tormenta encarnada, sin dejar apenas respirar al conjunto local, que podía haber quedado sentenciado en los diez primeros minutos. Apenas habían transcurrido dos cuando el portero local, Pirot, convertido en una muralla, ya había salvado a los suyos con dos intervenciones de mérito, primero obligado a lucirse ante Carlos Pérez volando a la escuadra para repeler el disparo y después frente a un disparo a bocajarro de Diego Lorenzo, que se topó con una mano milagrosa del meta sarriano.
El dominio del Real Ávila era abrumador. Cada llegada abulense era un rugido contenido de la grada local, que veía la superioridad de los visitantes. En cada ataque, los encarnados amenazaban con abrir el marcador: Fer Díaz subía por banda con peligro, Gonzalo Serrano probaba rematando con un cabezazo alto y Pedro Luz rozaba el gol en un mano a mano con un disparo cruzado que salió por milímetros.
Tejía su fútbol el Ávila con paciencia, con clase, con hambre. El asedio visitante convertía el área local en un polvorín, pero el balón se negaba a entrar. El gol esquivo se resistía. Pasaban los minutos y el dominio se transformaba en frustración. “El que perdona lo paga”, dice el refrán, y en Ribela se cumplió palabra por palabra. Con el paso de los minutos, la Sarriana consiguió sacudirse la presión y equilibrar el juego. Los locales comenzaron a encontrar a Arona al espacio y, aunque sin demasiada claridad, dieron señales de vida antes del descanso.
⚽ Berardozzi y Millán, dos golpes letales
En la reanudación, el guion cambió de manos y se volvió cruel. El Real Ávila volvió a salir con fuerza, pero la fortuna seguía dándole la espalda: un balón de Runy, que pudo cambiar el destino, se estrellaba en el poste. Y en la jugada siguiente llegó el golpe, decidiendo el fútbol ser injusto. En el minuto 61, Berardozzi aprovechó un error en la salida abulense para colarse por banda hasta el área y fusilar a Óscar López con un tiro cruzado.
El 1-0 cayó como un jarro de agua fría, dejando tocado al Real Ávila, que no entendía cómo, tras tanto dominar, ahora iba por detrás. Aun así no quiso rendirse. Los de García se volcaron en ataque, empujando con corazón y orgullo, pero el cansancio —tras el esfuerzo copero del jueves— comenzó a pasar factura. En un suspiro, la esperanza se convirtió en castigo. En una contra letal, la Sarriana sentenció: Millán culminó de forma perfecta una rápida transición con un disparo certero para poner el 2-0 en el minuto 84 y cerrar una tarde amarga para los abulenses, cuyo tramo final fue un quiero y no puedo, viendo como se escapaban tres puntos que merecieron por ocasiones.
El pitido final encontró a los jugadores del Ávila cabizbajos, incrédulos, sabiendo que lo habían dado todo. Que el fútbol, a veces, no entiende de justicia ni de méritos.
Pese a la derrota, el Real Ávila mantiene su posición en la zona alta de la tabla y sigue a solo dos puntos del líder, el Deportivo Fabril. Por los resultados habidos en la jornada si hubiera obtenido la victoria, ahora sería el equipo que encabézase la clasificación. La próxima jornada, los encarnados buscarán resarcirse ante su afición en el Adolfo Suárez, donde recibirán al Numancia con la obligación de reencontrarse con el triunfo ante un rival directo.
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FICHA TÉCNICA Sarriana: Pirot; Freire (Santi 90’), Parga, Max, Berardozzi; Ju, Maycon; William (Nacho 88’) Villaverde (Boedo, m.80), Millán (Vilán 88’) y Arona (Piay 90’). Entrenador: Iván Carril. Real Ávila: Óscar López; Urbina (Camero 64’), Carlos Pascual, Doumbia (Sebas 53’), Fer Díaz; Markel (Vitolo 64’), Sissé; Pedro Luz (Runy 54’), Diego Lorenzo (Markiltos 64’), Carlos Pérez; y Gonzalo Serrano. Goles: 1-0 Berardozzi (61’) y 2-0 (Millán 84).Árbitro: José Francisco Morato Vega (La Rioja), asistido en las bandas por Rubén Toral de la Iglesia y Jonathan Martos Amor. Mostró tarjetas amarillas a los locales Luis Díaz (67’, encargado del material), Borja Collar (71’, segundo entrenador) y Freire (90’). Y a los visitantes Doumbia (17’), Carlos Pascual (37’) y Marc García (71’, entrenador). Incidencias: Encuentro correspondiente a la novena jornada del Grupo 1 de Segunda Federación, disputado en el Estadio A Ribela, de Sarria (Lugo), con asistencia de unos 300 espectadores. |






