Campo de La Arboleda en Almazán (Soria). Foto: @Elfutbolmodesto

A. Goal / Decepción entre los aficionados del Real Ávila al conocer en la tarde del viernes que la fase regional del Grupo VIII de Tercera División de ascenso a Segunda RFEF ha sido concedida por la Real Federación de Castilla y León de Fútbol (RFCYL) al Almázán, para disputarse en su campo de La Arboleda los días 7 y 8 (semifinales) y 15 de mayo (final), por delante de la otra candidatura, la presentada por el Real Ávila para jugar en el estadio Adolfo Suárez.

Las razones que alega el ente federativo, que estrena el título de “Real”, para tomar esta decisión se basan en que “la candidatura de la SD Almazán instalará una nueva grada que alojará en total a 2.500 aficionados a través de inversión municipal, así como la aportación de 3.000 euros de canon que irán destinados a los cuatro participantes, quienes también verán beneficiados del ingreso de las taquillas a disposición igualitaria, según la venta de cada uno de los clubes”.

Según la RFCYLF “ambas propuestas presentaban la cobertura requerida de gastos pero también carencias técnicas”. En la decisión ha prevalecido, además de motivos económicos, el apoyo del Ayuntamiento de Almazán y de la Diputación de Soria, que no ha tenido el Real Ávila respecto del Ayuntamiento de la capital abulense ni tampoco de otras instituciones, siendo únicamente los seguidores encarnados y los clubes de fútbol de la provincia los que han mostrado su apoyo en las redes sociales, al mismo tiempo de, conocida la elección de sede, sentirse contrariados por verse privados de poder apoyar en casa a su equipo jugándose el ascenso de categoría.

Un capítulo más en la desidia y falta de interés del Ayuntamiento de Ávila por apoyar al deporte, dejando pasar la oportunidad de acoger un acontecimiento que conllevaría, además de la promoción de la ciudad, el desplazamiento de la afición de los equipos de tres localidades diferentes de Castilla y León, lo que supondría una inyección económica para los negocios locales.

El olvido de los sucesivos equipos de gobierno por ayudar al club deportivo más veterano de la provincia, que el próximo año será centenario, así como la continua falta del mantenimiento y obras de conservación del estadio Adolfo Suárez -una instalación municipal impropia de una capital de provincia- trae consecuencias negativas como la que acaba de producirse.

En definitiva, David ha ganado a Goliat. Una pequeña localidad de poco más de 5.000 habitantes y con un reducido campo de fútbol construido en el año 1968, cuyo aforo con la ampliación que anuncia será de 2.500 espectadores, ha derrotado a una ciudad próxima a los 60.000 habitantes que cuenta con un estadio de fútbol con el doble de capacidad para albergar al público y que fue inaugurado en 1976.

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