Ángel G. Alameda / Todo empezó en el año 2015 cuando Rubén Hernández acabó su primer maratón en Madrid. Llevaba un año corriendo para beneficio de su salud, hasta que se decidió a afrontar por primera vez la distancia de 42 kilómetros y 195 metros. Desde entonces habrá hecho unos 30.000 kilómetros, habiendo culminado recientemente la gesta de terminar los que son considerados los seis mejores maratones del mundo que componen los World Marathon Majors, que se celebran todos los años y tienen una afluencia de entre 35.000 y 50.000 corredores.
Tres de los ‘majors’ se disputan en América: Nueva York, Chicago y Boston; dos en Europa: Berlín y Londres; y uno en Asia: Tokio. También ha disputado los maratones de París, Amsterdam, Roma y Valencia, muy próximos a ser del mismo nivel que los mejores del mundo.
En los últimos ocho años ha corrido 21 maratones oficiales y 2 no oficiales. Los más importantes son los citados ‘majors’, que ha tardado en completar seis años -pandemia de por medio incluida- desde que comenzase con el primero en 2017 con el de Nueva York en 2 horas y 54 minutos hasta hace unos días cuando acabó de correr el último el 5 de marzo en Tokio en 2 horas y 45 minutos. El resto los ha hecho por debajo de las 2 horas y 50 minutos.
De los maratones ‘majors’ considera como el mejor como carrera el de Boston, el más antiguo del mundo ya que data de 1897, aunque también el más duro porque el trazado es “un sube y baja”. El de Berlín es el más rápido de todos, no en vano allí se batió el récord del mundo de maratón “porque no tiene giros”, mientras que el de Tokio es donde más ha sufrido para terminar. Nueva York es la ciudad que más le ha gustado de entre todas en las que ha corrido una ‘major”.
Rubén Hernández, que combina turismo con deporte, practica el atletismo como un hobby que le da “la oportunidad de viajar con la familia y conocer infinidad de ciudades”, teniendo como único objetivo “poder seguir recorriendo España y el mundo a golpe de zapatilla”, en una actividad que “te libera mentalmente”, aunque reconoce que “correr es muy duro, requiere mucha disciplina y se sufre muchos días con frío y calamidades”.
Este atleta popular empezó a correr a los 35 años. Hasta entonces no lo había hecho. Es un deportista independiente porque no pertenece a ningún club ni cuenta con un entrenador. Se prepara de forma autodidacta, no teniendo como principal meta la competición sino “disfrutar sin estrés” que le permite estar “en buena forma física”. Entrena cuando dispone un rato libre, eso sí, siendo constante todo el año, aunque las 12 semanas anteriores a la disputa de un maratón intensifica sus entrenamientos.
Hernández saca una media de entre 80 y 90 kilómetros corriendo cada semana, “que es una referencia muy fiable para cualquier corredor que quiera afrontar la distancia de un maratón con garantía para finalizarlo”.
No tiene aún totalmente definido cuál será su próximo maratón. Quizá vaya el próximo 16 de abril al de Zaragoza. Casi seguro que estará a final de año en el de Málaga que se celebra el 10 de diciembre. En Europa le apetece correr los de Praga y Florencia. Seguro que antes o después estará con su familia en estas ciudades corriendo por sus históricas calles y disfrutando de sus monumentos. En un futuro le gustaría “poder decir que he corrido todos los maratones de España”.