Pedro Antonio Galán (texto y fotos) / Cumplimos ayer la segunda y última jornada de doble ronda del campeonato. Planteábamos dos escenarios posibles muy diferentes. El más probable era el de la consolidación definitiva de la victoria de Guillermo Santos. El jugador del Club Ajedrez Promesas de Valladolid estaba exhibiendo un juego sin fisuras, de gran virtuosismo dinámico y llevaba ventaja en la puntuación a sus perseguidores. Además es el campeón vigente. Argumentos todos ellos contundentes. En su mejor época, en su prime de juego Kasparaov no se cortaba un pelo… Tengo varias ventajas. Voy líder del torneo, estoy en un gran momento de forma, llevo las blancas y además, lo más importante de todo, soy Kasparov. El ego en estado máximo.
Cayéndome increíblemente bien Guillermo (es un tipo genial) yo apostaba en mi fuero interno otro escenario, por el de la rebelión de los outsiders que pudiera mantener la incertidumbre competitiva hasta el final.
Y precisamente fue esto último lo que sucedió. Pero mantengamos el orden.
Por la mañana tenía lugar la 5ª ronda. En la mesa 1 se cumplió el pronóstico y la partida del líder Guillermo contra el primera cabeza de serie del torneo. Iván Alonso, fue pacifica y terminó en un rápido empate que satisfizo a los dos. En la mesa 3 el joven talento abulense Darío González Chapado (13 años) vencía con negras a la excampeona de España Carmen Menéndez tras un brillante trabajo posicional. La partida de la mesa 3 fue espectacular. Ricardo Pérez Marco y el campeón sub 14 Daniel Vecillas protagonizaron un duelo tácticamente muy intenso. La posición era diabólica. Vecillas estaba prácticamente sin tiempo y sólo conseguía algo de oxígeno gracias a los 30 segundos de incremento que te reembolsa el reloj digital cada vez. Un reloj samaritano que te añade algo de tiempo cuando estás casi sin él y que a veces simplemente te prolonga la agonía pero que en otras como fue este caso te permite una resurrección milagrosa. Le achacan a Bobby Fischer su invención. Bobby una y otra vez. Vecillas jugaba al toque con gran agudeza táctica y Ricardo (buscando una secuencia que desequilibrara de una vez la partida) fue cargándose también de tiempo. La gente piensa que el ajedrez es un deporte tranquilo. Incluso hay gente que piensa que el ajedrez ni siquiera es un deporte. Un pasatiempo tan agresivo para el organismo como lo pudiera ser jugar al parchís o resolver un crucigrama. Será porque nunca habrán estado en un torneo durante una partida con apuro de tiempo. Y será porque nunca hayan visto las piernas de los jugadores agitarse en sentido morse, el pestañeo interminable, el castañeda de las falanges de los dedos ni el rechinar de dientes. Se han hecho estudios científicos y ninguna actividad es más estresante que el ajedrez y pocas cosas (alguna otra a lo mejor sí que hay) te pueden poner inmóvil en tu silla a 200 pulsaciones. Vecillas se llevó el punto y pasó a engrosar el selecto grupo de favoritos.
Por la tarde Guillermo Santos debía afrontar otro reto. Jugaba con negras ante Darío González Chapado. Había un precedente entre ambos y es que el año pasado el joven de Tiñosillos fue el único que consiguió puntuar ante el campeón, quien arrancó unas tablas in extremis en un interesante final de torres. Este año se jugaba con los colores opuestos. Tras el empate que hemos reseñado en la mesa 1 de la ronda anterior la clasificación se había apretado un poco y Darío solo estaba medio punto por debajo de Guillermo y aún conservaba sus opciones. Y vaya si las tuvo. En un nuevo despliegue posicional impresionante dominó por completo el juego. Congeló el flanco de dama de Guillermo cuyas piezas no podían activarse ni empezarse a coordinar. Esas posiciones son, para el bando débil como una sopa que no tiene caldo. Ya sabéis. Bolas inmensas de fideos chocando rígidos unos contra otros como una colisión de asteroides. Sin suavidad, sin armonía. El joven abulense transformó de manera irreprochable su ventaja y la hizo evolucionar hasta arribar a un final completamente ganador de torres con dos peones extra. Tremenda exhibición y vuelco total en la clasificación. En la mesa 2 Iván Alonso venció en buen estilo a Vecillas y comparte de este modo el liderato con el abulense. A medio punto Guillermo es tercero y su buen desempate aún le confiere opciones de título si Darío e Iván Alonso hacen tablas mañana. El suspense competitivo, el thriller con que sueña cualquier organizador.
Iván Alonso es el número 1 del ranking en este campeonato. Vive en Arroyo de la Encomienda, en Valladolid. Pero su acento le delata. Es bilbaíno pero matiza con orgullo, de Santurce. Iván aprendió a jugar al ajedrez a los 15 años. Ataquemos los mitos. Se puede ser gran jugador empezando a cualquier edad. Hasta los 21 era un jugador malísimo, me dice. Iván lleva una racha impresionante de victorias desde el verano pasado. Es un jugador excelente, de estilo clásico. Técnica y posicionalmente muy bueno pero a la vez con un punto agresivo, muy fischeriano. Bobby es mi jugador favorito me dice. Bobby Fischer y también Capablanca, el genio minimalista cubano. El milagro de Iván es el estudio, el trabajo. Bueno, eso y su muñequera. Una muñequera del Athletic que lleva desde hace años y que no se quita nunca para jugar. La muñequera es mi talismán, asegura. La lleva en su mano buena, la izquierda. La muñequera protege de los malos espíritus. En realidad en el ajedrez (el ajedrez es la vida, que dijo Bobby F) la muñequera te tiene que proteger de ti mismo. Conseguir que te olvides de que existen el elo y los títulos. Hacer que se diluyan tus aspiraciones y tus miedos en el caldo suave de la sopa. Que tú desaparezcas y no estés y que así sólo fluya el ajedrez.
Iván es un gran tipo. Hoy se juega el título contra Darío. Guillermo espera un empate entre ambos para volver al liderato. En la categoría femenina Lucía Sánchez ha tomado ventaja sobre Carmen Menéndez. A partir de las 9 de la mañana asistimos al desenlace de ambos títulos.
Clasificación tras la ronda 6