Víctor Martín |
Zona Matxin / Cada frase suya demuestra que estamos ante un ciclista inteligente y que sabe muy bien lo que quiere y dónde está. El abulense Víctor Martín (Burgos- BH), amante del rock y ciclista alegre a la par que tranquilo, cumple en este 2015 su segunda temporada como profesional en las filas del modesto conjunto continental de Julio Andrés Izquierdo. A punto de cumplir 25 años, en este mismo medio lo mencionamos hace una semana como un exponente de la llamada ‘generación del 90’, un ramillete de ciclistas que en toda Europa está cosechando grandes éxitos. En España, sin embargo, esta camada todavía está por hacer como consecuencia directa de la mala salud que padece el ciclismo y que ha afectado a tantos jóvenes corredores que no encuentran hueco para dar el salto. Víctor es uno de los pocos que lo ha conseguido.
“Tengo que estar agradecido al Burgos – BH. Fueron los primeros que se interesaron por mí y me dieron la oportunidad para pasar a profesionales. De no ser por ellos, no sé si hoy seguiría como amateur o incluso lo habría dejado”, comenta Martín, que está rindiendo a un buen nivel en las primeras pruebas del año. Fugas en Murcia y Andalucía, muy activo también en Mallorca, y cerca de los mejores en las etapas de alta montaña andaluzas: “Para un equipo como nosotros, Andalucía es el Tour de Francia. Contador, Froome… son gente que está a otro nivel, y de ellos se aprende en cada carrera. Pero sin amedrentarnos, sino tomándolo como una oportunidad para tener repercusión”, explica.
Admite, eso sí, que el primer año como pro fue muy duro, sobre todo por las distancias: “Ahora las voy asimilando mejor, pero la primera temporada cuesta mucho. Ahora creo que ya estoy consolidado y hay que dar un paso más”. Y ya sabe cuáles son los fallos a corregir para obtener mejores resultados, habida cuenta de que en profesionales cuando se anda, se anda de verdad: “La colocación. Por lo que he visto hasta ahora, es vital posicionarse en el pelotón. Como empieces un puerto atrás te va a tocar remontar y gastar muchas fuerzas en el mejor de los casos. En el peor te cortas… y ya, olvídate”.
A un mes de los 25 años –lo hará el próximo 8 de abril- Víctor Martín es consciente de que son malos tiempos para ciclistas como él y el resto de jóvenes que buscan un sitio en el pelotón profesional: “Está muy complicado. Sobre todo ha bajado el nivel en amateurs al desaparecer tantas pruebas. Hay menos carreras y esto es una cadena. Como hay menos sitios para correr, se compite menos y no se progresa”, explica, y luego comenta cuál es la consecuencia directa. “Luego salen a competir con la selección, y hay más nivel por parte de los corredores de fuera. Pero no es porque tengan más talento, sino porque detrás hay un apoyo y unas estructuras que hoy no tenemos en España. Habría que buscarle una solución”.
Sin embargo, se muestra optimista de cara al futuro: “El hecho de que salga Madrid, Vuelta Asturias y Castilla y León –la carrera de su casa- amplíe un día más, a nosotros nos ‘arregla’ el calendario. Parece que hemos tocado fondo y poco a poco vamos empezando a crecer de nuevo. Es una buena noticia, aunque dentro de un mal panorama que no podemos pasar por alto”, comenta el espigado corredor.
Una vez suspendida la Vuelta a México, el equipo Burgos-BH espera respuesta para poder correr este mes en Portugal, que ha aumentado su calendario de marzo con varias vueltas de dos días. La próxima cita, de no fructificar la participación en el país vecino, será el GP Miguel Indurain el próximo 4 de abril y, un día después, la Vuelta a La Rioja. Allí estará, en principio, Víctor Martín. Uno de esos nombres que ya llevan años sonando en el panorama aficionado español y que empieza a ser una realidad en profesionales. Ahora que está tan de moda la expresión ‘brotes verdes’, ver a corredores como él da esperanzas de que algún día el panorama nacional pueda volver a florecer. Nunca es tarde, y Martín es la prueba de que el talento está ahí. Falta sacarlo a la superficie.