El del Geox-TMC cedió otros 20 segundos con los mejores en el último kilómetro
Carlos Sastre, que el año pasado sufriera una caída en la etapa con tramos de ‘sterrato’ que le hizo perder todas sus posibilidades en la general –en aquella ocasión convertidos en un barrizal por la lluvia–, ha salvado hoy sin percance alguno los tres tramos de caminos de tierra por los que ha transitado la quinta etapa del Giro de Italia.
“Hoy ha sido un día en el que la suerte ha jugado un papel importante. Ha sido una carrera nerviosa, difícil y muy dura, sobre todo en los tramos de tierra, en los que la bicicleta se iba para todos los lados. Subiendo no te puedes poner de pie y entrar en esos tramos bien colocado ha sido muy difícil, pero he tenido la suerte de poder estar entre los primeros y eso me ha permitido hacer los tramos de tierra con relativa facilidad”, ha comentado el corredor del Geox-TMC en la meta de Orvieto.
Sastre se mostraba satisfecho del comportamiento de todos sus compañeros. “El equipo ha trabajado muy bien. Denis ha estado siempre en su lugar y el segundo puesto de Duarte en la etapa nos viene francamente bien de cara sobre todo a ir cogiendo esa motivación que necesitamos para afrontar las próximas etapas de este Giro de Italia con garantías”, decía.
Sobre su actuación (ha entrado en meta en el puesto 31, cediendo 20 segundos con los mejores), asegura que ha estado “donde creía que tenía que estar, aunque en la parte final me falta un poquito todavía respecto a otros corredores y me he quedado unos metros que me han hecho perder algunos segundos”.
Carlos Sastre recuerda una vez más que “sobre todo mi misión en esta carrera es ayudar a Denis, estar cerca de él, pero cuando veo que las cosas están más o menos bien y que el equipo está cerca, también trato de sufrir al máximo para perder el mínimo tiempo posible”. “Sobre todo pienso en más adelante, que queda mucho Giro y muy difícil”, concluye.