Paco Mancebo |
Pablo Martín Palermo / Casi 18 años después de su primera victoria como profesional (el 3 de abril de 1998 en el GP Navarra), Francisco “Paco” Mancebo sigue dando que hablar. En las últimas horas, subió a lo más alto del podio nuevamente, aunque en los tiempos que corren, sea en parajes más exóticos y no en las principales citas del calendario internacional.
Mucha agua corrió bajo el puente entre estos hitos. Básicamente, podría dividirse en dos su trayectoria, con la Operación Puerto como punto de quiebre, ya que lo forzó al destierro cuando apuntaba a ser el primer español, desde Indurain, en obtener una grande.
Devenido en trotamundos desde entonces, el abulense siguió rodando y portó maillots de escuadras de Portugal, Estados Unidos, Grecia y, ahora, Dubai. Pero lo que no cambió fue su particular estilo de pedaleo -encorvado y torcido- con el que solía reconocérselo en los puertos de Tour y Vuelta.
Flamante campeón de la Jelajah Malaysia, el español de 39 años sigue siendo visible por su clase, calidad y capacidad de sufrimiento, aunque ya no trepa el Tourmalet sino que se exprime contra el viento entre dunas y transita parajes casi planos, en medio del desierto.
Mancebo ama su profesión y es muy bueno en lo que hace. No hay otra explicación a su vigencia, esa que pisando las cuatro décadas, le permite competir de enero a diciembre con una regularidad impresionante, propia de unos pocos en el pelotón.
Incombustible
Este año solamente, ha sido ganador o top 10 en Tour de Egipto, Tropicale Amissa Bongo, Tour de Langkawi, GP Indurain, Klasika Primavera, Castilla y León, Tour de Japón, Tour de Taihu Lake, Sharjah International Cycling Tour y Jelajah Malaysia, convirtiéndose en una suerte de Alejandro Valverde árabe, por más que él no se lo tome así ni en broma. “No se puede comparar, estás hablando del mejor ciclista del mundo”, dice a ciclismointernacional.com
“En un equipo continental tienes que mantener un nivel aceptable durante todo el año ya que el calendario no es tan seguro como en los equipos más grandes, así que no puedes dedicarte al 100 % a una carrera. En cambio, así puedes estar listo para cuando sea necesario”, explica el de Navaluenga.
Llamativamente, sigue exprimiéndose cuesta arriba, por más que en las carreras sea el viento su principal contrincante. “Aquí en Emiratos hay varias subidas. Las carreras en Asia suelen ser llanas, pero siempre hay alguna subida que hace que los entrenos merezcan la pena, además, al salir del país te encuentras con más puertos”.
Habituado en el pasado a nutridos programas de competición, Paco no puede quejarse, porque a día de hoy, sus piernas acumulan más jornadas oficiales que en 2005 (70 contra 66), por citar un ejemplo. “El calendario este año ha estado muy bien, además hice siete días más en USA y Canadá, más las pruebas de MTB, así que creo que obligado no voy a ningún sitio, me gusta competir y conocer carreras nuevas”, indica.
Así y todo, en su interior extraña las pruebas europeas. “Sí, me gustaría correr pruebas de gran nivel, claro, pero ya no es una cosa que me quite el sueño”, sostiene. “Me encanta descubrir carreras nuevas, países nuevos y culturas totalmente diferentes a lo que estamos acostumbrados”, aclara, ratificando su alma de trotamundos.
El desierto
Y fue justamente ese espíritu aventurero el que lo llevó al SkyDive Dubai, pujante equipo que lo introdujo al, para nosotros extraño, mundo árabe. “Por aquí las cosas bien, el equipo crece poco a poco y las cosas van hacia delante”, afirma nuestro invitado. “Dubai es una ciudad muy cosmopolita, hay gente de muchos países diferentes y eso lo convierte en un lugar muy bueno para vivir, aunque yo estoy acostumbrado a estar en un pueblo pequeño y echo de menos la tranquilidad, pero en general estoy muy a gusto”, narra.mancebo malasia
“Aquí la religión juega un papel fundamental en la sociedad, cosa que en Europa no pasa, y esa es la mayor diferencia aparte del clima”, continúa el español, que sufre más por la distancia. “Mi familia no está aquí, a veces es difícil estar separado, pero por desgracia ya es una cosa a la que me he habituado. Además, no son tan largas las estancias aquí”.
Pero tampoco es un calvario para Mancebo, que además de mantenerse como profesional, cumple con la función de ayudar al desarrollo del ciclismo en la zona. “Parte de que yo esté aquí es por lo que pueda aportar de experiencia al equipo y guiar un poco a los corredores locales. Poco a poco van creciendo y en unos años seguro que están a un nivel que les permita disputar muchas carreras”, aclara.
“Soufiane Haddi es un gran corredor y con mucho margen de mejora, tiene calidad para estar en Pro Tour de sobra y espero que algún equipo se fije en él, aunque él no es local, es de Marruecos”, comenta, postulando a su compañero.
Rodeado de jeques, petróleo y lujos, Paco tampoco compite gratis, aunque el dinero ya no es lo principal en su vida. “No me quejo de mi sueldo, es bastante decente y sobre todo estoy contento con ello. No se trata de correr o no por plata, si no de que valoren tu esfuerzo y todas las cosas que dejas por el ciclismo”.
Europa y la O.P
A meses de cumplir 40 años (el 9 de marzo) y con contrato para 2016 con el SkyDive, el ibérico se siente con ganas para seguir dando guerra, por lo que podría cumplir dos décadas como profesional sobre una bici, en 2018. “Mi objetivo es seguir corriendo hasta que la cabeza diga basta, no tengo fecha aún para dejarlo, pero estaría bien pasar de los 20 años como pro”.
El plazo no es utópico, más aún, si se queda en Medio Oriente. “No renuncio a volver a Europa, pero allí es complicado encontrar un equipo que te valore como debe, así que lo veo complicado”, reconoce.
Con la Operación Puerto otra vez en el aire, Mancebo no se esconde, pero se muestra hastiado, casi una década más tarde de su aparición. “Es como los ojos del Guadiana, aparecen y desaparecen. La verdad estoy un poco cansado de este tema ya”.
Lo que sí deja en claro es que, a diferencia de muchos otros a los que se les comprobó su culpabilidad, volvieron y nunca más destacaron, él sigue vigente. “He demostrado que siempre he sido buen ciclista y no creo que nadie que sepa un poco de ciclismo ponga en duda mis resultados”.
Culturas
No hay mal que por bien no venga y Paco se ha dado el lujo de viajar por todo el mundo. “Después de España, Estados Unidos en un país que me encanta, Japón también es muy interesante. Me ha llamado mucho la atención la forma de vivir las carreras de los japoneses, son unos auténticos tiffosi”.
Con semejante currículum de travesías, pudo experimentar de todo, incluidas las comidas más exóticas del planeta. “Por suerte me gusta mucho comer y probar cosas nuevas. La comida árabe es deliciosa y muy sana, aunque siempre se echa un poco de menos la cocina de casa. Cosas raras pocas aquí, si vas a China o Japón seguro que encuentras muchas más”.
Por eso, lo más raro no se encuentra en ningún menú, sino en el fervor religioso de los habitantes de la zona. “Antes hablaba de la religión, es lo más importante en sus vidas y todo gira en torno a ella”, cierra.
Esta es la vida de Francisco Mancebo, español que estaba destinado a la grandeza y se rehízo para seguir como profesional del ciclismo, su gran amor y principal motor de sus días. Quizás ya no regrese con un dorsal a Europa, pero mientras siga sobre la bici, difícilmente pasará inadvertido, no sólo por su curiosa postura, sino por su aguerrida personalidad y brillantes resultados.