Noel Martín busca plaza para los Juegos Paralímpicos junto al invidente Carlos González, con el que corre en tándem

Noel Martín / MIGUEL ÁNGEL SANTOS
Juan A. Méndez / Noel Martín aguarda con ilusión las competiciones de 2016. Será por partida doble, en solitario y formando tándem con su compañero invidente Carlos González. A las grandes pruebas del calendario internacional se suma este año una cita estelar, los Juegos Paralímpicos.

Cuando Noel y Carlos levantan la cabeza de su manillar solo divisan un hito, el objetivo por el que llevan trabajando los dos últimos años, los Juegos de Río. Es su meta, su sueño, la motivación que les empuja a ser mejores cada día y a vaciarse sobre su tándem, el que les coronó como campeones del mundo en 2014, subcampeones en 2015, y sobre el que se baten el cobre para cumplir su anhelo en 2016.
Después de cerrar el año con una notable actuación tanto a nivel internacional como en las competiciones domésticas, Carlos y Noel ya cuentan las fechas que restan para conocer si finalmente serán elegidos para representar a España en los Juegos Paralímpicos. Será en mayo. Entonces, sabrán si el esfuerzo ha merecido la pena. «Estamos muy ilusionados y esperanzados, porque todo apunta a que tenemos muchas posibilidades de ser seleccionados», apunta Noel Martín. «Sería un sueño y ver cumplida una ilusión por la que peleamos desde que nos conocimos».
El afán de superación de Noel y Carlos es infinito. Compiten en inferioridad con respecto a otras parejas, puesto que son el tándem del top ten mundial con menor campo visual de cuantos compiten en las pruebas de la Copa del Mundo, los Mundiales o los Europeos. «Carlos es impresionante, tiene un espíritu tremendo y una constancia que queda muy patente en los resultados que hemos obtenido. Otros tándems tienen una mayor visión y pueden salir a entrenar de forma individual, algo que Carlos no puede, pero su esfuerzo es tan grande que no se cansa de trabajar siempre que puede para estar en una condición óptima. De hecho, tiene un ritmo de trabajo muy elevado que a mí también me obliga a prepararme a fondo para estar a su altura», explica el ciclista abulense afincado en Valladolid.
La decisión de estar en Río depende de sus resultados y de la decisión del Comité Paralímpico Español, que una vez conocidas las plazas disponibles, las asignará entre sus deportistas. Si ponen punto y seguido a los números que han firmado hasta la fecha, es más que posible que Carlos y Noel cosan en verano los aros olímpicos a su expediente. En 2015 fueron inquilinos habituales del podio, con el subcampeonato del mundo como cima, y solo las averías mecánicas les privaron de subir al primer peldaño en la Copa del Mundo.
El sueño olímpico del tándem vallisoletano es tan fuerte que ni siquiera la ausencia de patrocinadores frena a Noel y Carlos en su camino hacia el Olimpo del deporte paralímpico internacional. Con una fe a prueba de bombas, la pareja invierte todos sus ahorros para llegar al objetivo. «Actualmente hay algunas marcas que se han interesado en nosotros, pero hasta ahora nadie nos ha apoyado, salvo la Diputación de Valladolid que nos dio 1.000 euros para acudir a una cita internacional que, con mucho sacrificio y en condiciones muy limitadas, nos costó 4.000. Yo he ahorrado algo de cuando me dedicaba de lleno al ciclismo profesional y vamos tirando del dinero de ambos para sufragar los entrenamientos y los viajes a las competiciones».
En cinco meses conocerán si pueden ir preparando las maletas para Río. Hasta entonces, Noel y Carlos seguirán inyectando kilómetros a sus piernas y engrasando su tándem para lograr la hazaña que significa participar en unos Juegos, el techo de cualquier deportista.
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