De Segovia cruzando la línea de meta del Alto de Moruxal |
El ciclista abulense del Supermercados Froiz, José Antonio de Segovia, marchaba primero en la tercera etapa de la Vuelta a Zamora entre Lubián y el Alto del Moruxal, de 100 km., cuando en el último descenso se fue al suelo. El pundonoroso corredor navero se levantó de inmediato y retomó la marcha, aún en primer lugar. No obstante, la caída fue realmente dura, y de De Segovia tuvo que sufrir hasta el final de la etapa, tras ser superado en las primeras rampas del Moruxal, con sus aparatosas y, a buen seguro, dolorosas heridas, como lastre adicional, que no le impidieron ser noveno en la meta, a 3’51” del ganador, el ruso del Lokomotiv, Segey Chernetskiy, que se impuso al sevillano Antonio Olmo, del Louletano.
La jornada del sábado era la más corta, pero también la más intensa de la ronda zamorana. En el km. 15 de etapa arrancó una fuga en solitario de Enrique Salgueiro, del Loletano, recorriendo en tal situación el corredor gallego 50 km.
A falta de 19 km. para la meta, comenzaba el puerto de primera categoría, una ascensión corta, pero realmente dura, con rampas demoledoras. Desde los primeros metros de la subida, el pelotón guiado por los ciclistas del Froiz, comenzó a perder miembros, quedándose por delante solo los mejores, viente ciclistas que sobrepasaban a Salgueiro mediada la ascensión.
La extrema dureza de la parte final del puerto obligó a los corredores a retorcerse en la bicicleta para poder alcanzar la cima. En un ejercicio de sufrimiento conmovedor, una decena de hombres se marcharon por delante en busca, no solo de la etapa, sino también de la Vuelta. El corredor del Supermercados Froiz, José Antonio de Segovia logró unos metros de ventaja respecto a los demás y se lanzó en el descenso, en busca de obtener la ventaja suficiente para afrontar la última ascensión con esperanzas de éxito.
De Segovia besa el suelo
No obstante, el abulense encontró el asfalto como premio a su ambición. De Segovia se fue al suelo y, aunque volvió de nuevo a la carrera muy rápidamente, se hizo una serie de heridas que, a buen seguro, le provocaron un dolor difícil de soportar. El espigado corredor del Froiz mantuvo unos segundos de ventaja y arrancó el puerto, sangrando de forma ostensible, por delante de un grupo en el que el hasta ayer líder, Kwiatkowski, aguantaba a duras penas.
Fue entonces cuando el Lokomotiv decidió mover la carrera. Rybakov lanzó un duro ataque y se marchó, seguido por su compañero de equipo Chernetskiy. Por detrás, Moisés Dueñas y Antonio Olmo, dos de los principales favoritos, reaccionaron a la perfección y dieron alcance a la pareja de perseguidores. Por su parte, los dos primeros de la general, Israel Pérez y Kwiatkowski acusaron el esfuerzo y se vieron obligados a ceder unos metros.
Restaban cuatro kilómetros para alcanzar la línea de meta, y De Segovia continuaba en cabeza, prolongando su agonía por las duras rampas del Alto del Moruxal, mientras sus tres perseguidores, ya sin Rybakov, realizaban un derroche de fuerza que les iba acercando cada vez más al ciclista del Froiz. Por su parte, el maillot amarillo, Kwiatkowski, cedía de forma definitiva y abandonaba la posibilidad de mantener su privilegiada posición. Entre medias, marchaban Israel Pérez y Raúl García, que, con fuerzas renovadas, se mantenían a una distancia prudencial de la cabeza de carrera.
Una vez neutralizado y superado De Segovia, Antonio Olmo decidió que era su momento. El sevillano cambió el ritmo y dejó atrás a Dueñas y a Chernetskiy, cuando un cartel a la derecha de la calzada informaba a los ciclistas de que solo les quedaban tres kilómetros de sufrimiento. El ciclista del Loulé, espoleado y conmovido por el esfuerzo de Salgueiro y el resto de compañeros en favor de su causa, logró una ventaja de 20 segundos, a falta de menos de dos kilómetros, que parecía más que suficiente.
No obstante, el ruso del Lokomotiv reaccionó, dejó atrás a Dueñas y se lanzó a por Olmo. Chernetskiy dio alcance al corredor del Loulé cuando ya se atisbaba el final del último puerto del día, que coincidía con la meta. Entonces, bastaron dos palabras para que ambos se entendieran. El ruso marcó el ritmo en los compases finales, y el sevillano, agradecido, no le disputó la etapa. De Segovia entraba noveno, a 3’51”, mientras que Ángel Vallejo –que había sido 3º en la primera cota montañosa de la jornada– ocupaba la plaza 33º, a 12’35”. En la general que comanda Antonio Olmo, José Antonio de Segovia es el octavo, a 3’51”, y Vallejo el 41, a 35’19”, con su escuadra Supermercados Froiz liderando la clasificación por equipos.
La última y decisiva etapa de la Vuelta Ciclista a Zamora se disputará en el día de hoy, en una jornada que unirá la localidad de Villaralbo con la capital de la provincia. Los ciclistas tendrán que cubrir un recorrido de 116,2 kilómetros, sin apenas dificultades montañosas, pero deberán vivir con el temor de que el viento trastoque los planes de muchos corredores y directores. Los ciclistas vivirán, pues, un tenso final de Vuelta que coronará al sucesor de Ángel Vallejo.
Fuente: La Opinión de Zamora