Diario de León / La temporada de caza menor finalizará oficialmente el 31 de enero, de forma que este fin de semana los cazadores disfrutarán de las últimas jornadas. La adversa meteorología ha venido marcando este final de curso. El pasado fin de semana la nieve en la montaña y la niebla en la zona sur imposibilitaron la caza, de forma que se han suspendido múltiples monterías.
Siempre es posible recuperar la montería suspendida, pero en ocasiones la burocracia hace que se retrase considerablemente. Es preceptivo, en estos casos, informe del agente forestal que no siempre está presente ni localizable en domingo. Esto hace que en muchas ocasiones no sea posible realizar la montería durante el siguiente fin de semana, por lo que las fechas se van agotando. Si se hace una nueva solicitud el programa informático de Medio Ambiente no permite fijar la fecha antes de quince días, con lo que hay que programar hasta con tres semanas de antelación, tiempo excesivo si se tiene en cuenta que las condiciones han podido cambiar sustancialmente.
En medios cinegéticos se considera que esta situación, en plena era de la informática, no tiene sentido. Para este fin de semana las previsiones meteorológicas son favorables, de forma que los cazadores podrán despedir la temporada de caza menor al menos sin mojarse.
Una vez finalizada la temporada de caza menor la actividad cinegética se centrará en la caza del jabalí, abundante esta campaña. Volviendo a la perdiz, reina de la caza menor, resulta destacable que en estas últimas jornadas el porcentaje de machos está siendo muy alto. Esto podría incidir de forma negativa en la reproducción, ya que los animales del sexo masculino que queden sin emparejar se mostrarán muy agresivos, molestando en las puestas de huevos y pudiendo llegar al extremo de destrozar los nidos. En todo caso el número de aves que están quedando es suficiente, si la primavera resulta favorable, para garantizar unas poblaciones estables, siempre dentro de la precariedad de las últimas temporadas y al menos en los acotados más perdiceros.
La abundancia de lluvias que encharcaron el terreno e impidieron cazar la perdiz a rabo a principios del mes de enero, determinaron que muchos aficionados se dedicaran a buscar la liebre para justificar la jornada de caza y este hecho ha podido influir en el cómputo global de «rabonas», muy superior al de la pasada temporada. Lo mismo ha sucedido con el conejo de monte que mantiene un aceptable nivel hasta la fecha sin que la mixomatosis o la hemorragia vírica le hayan afectado sensiblemente. Y, por supuesto, la becada, una caza muy especializada pero que ha dado muchas satisfacciones a los aficionados esta temporada.
Las últimas monterías de jabalí que han podido realizarse están resultando muy positivas, tanto en los montes como en los maizales del sur de León. La nieve caída en estos días en las montañas ha incidido positivamente en los buenos resultados. Obligados los «cochinos» a abandonar sus refugios de montaña en busca de alimento han podido se batidos con mayor facilidad por los perros y esto se ha dejado ver en los resultados, algunos realmente espectaculares, de la monterías, y quedan todavía las mejores «manchas», que siempre se reservan para el final.
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