La campaña de caza menor baja el telón con un balance inferior al que se esperaba al principio
Diario de Valladolid / La temporada de caza menor echó el cierre el pasado domingo en las nueve provincias de la Comunidad. La campaña que comenzó el cuarto domingo de octubre de 2016 cierra con un balance flojo, «al menos para la perdiz roja, pues si bien es cierto que en las primeras jornadas se lograron cazar un número aceptable de ejemplares que hizo que se echaran las campanas al vuelo, lo cierto es que se venía de un año precedente que había sido calificado como pésimo y finalmente la campaña que hemos cerrado se torció en la mayoría de los cotos de la región y hemos cerrado una temporada general mala y además muy preocupante para la especie reina de la caza menor en España», señala a El Mundo de Castilla y León el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi.
Los aficionados completaron la temporada encauzando sus disparos también hacia los conejos, «una de las especies que ha proporcionado las mejores jornadas en un buen número cotos de Castilla y León, donde en algunos lugares están declarados prácticamente como plaga, y donde, actualmente, se les continúa cazando con autorizaciones especiales expedidas por la Consejería de Medio Ambiente ante los daños que están originando en diferentes parcelas cerealistas», apunta Iturmendi.
En este sentido, el conejo ha mostrado sus dos caras pues mientras ciertamente hay cotos donde el orejas prolifera sobremanera y ha proporcionado perchas y jornadas espectaculares, en otros lugares, antaño eminentemente conejeros, levantar un par de rabicortos en una jornada de caza costó Dios, ayuda y buenos perros conejeros pues ahora no se ven conejos en estos cotos antaño excelentes para cazar.
Entretanto, el aficionado cazador de la Comunidad también tuvo buenas jornadas si sus tiros fueron encauzados hacia las palomas. «Este año hubo pasos tradicionales bastante significativos y también se cazaron buen número de palomas en las inmediaciones de las grandes ciudades, donde la paloma torcaz comparte espacio con la paloma bravía, o paloma de los tejados, siendo ambas especies objeto de caza por un gran número de aficionados».
En cuanto a otra de las especies que cada día está alcanzando mayor número de adeptos, como es la becada, Santiago Iturmendi manifiesta que esta campaña que ha concluido «ha resultado más que aceptable en lugares donde apenas antes se veía a la chocha perdiz. Posiblemente el auge que está alcanzando esta caza haya motivado que ahora el aficionado la busque con mayor interés, encontrando becadas donde antes solamente se las cazaba de forma esporádica».
A su vez, los zorzales este año no dieron la cara como en temporadas precedentes, y fueron «extrañados» por muchos cazadores, a los que les encanta disparar sobre este túrdido que ha pasado a convertirse en la especia de caza menor más cazada en España.
Para cerrar balance hay que destacar que la liebre ha dejado muy preocupados tanto a galgueros como a cazadores de escopeta. En general y salvo excepciones, que siempre se dan, se las ha visto mucho menos que en campañas anteriores y se llegó a elucubrar sobre posibles brotes de la enfermedad de la tularemia, algo que la Administración regional llegó a desmentir casi de forma tajante.
«Nosotros pensamos que la población de liebres no está tan mal», señala Santiago Iturmendi, mientras que desde otros colectivos galgueros se asegura que «en cotos eminentemente lebreros y en cotos donde las cuadrillas de galgueros corrían a lo largo de una mañana de caza una docena de liebres, esta temporada no han podido decir lo mismo, y costó mucho trabajo y muchas manos sobre los barbechos levantar una o dos liebres donde antes se cansábamos a los galos en una jornada normal».
La temporada de caza continúa con las especies de caza mayor en el punto de mira. Será hasta el cuarto domingo de febrero hasta cuando los aficionados podrán acudir a las distintas batidas y monterías al jabalí -y algunas con lobo autorizado-, programadas. En este aspecto, Iturmendi califica el desarrollo de la actual temporada como, excepcional. «Estamos ante un año espectacular y excepcional, de todas, todas, cobrando hasta ocho a diez veces más jabalís que hace solamente cinco o seis años. En este sentido el aficionado sí esta disfrutando. Únicamente, y es muy extraño, se está notando un receso en la caza mayor en las zonas norte de las provincias de Palencia, León y Burgos, curiosamente donde antes más se cazaba, aunque nosotros pensamos que las poblaciones jabalineras de estas provincias han realizado desplazamientos significativos para asentarse en otras zonas de mayor apetencia para la especie», concluyó Santiago Iturmendi.