@deportesavila / Visiblemente emocionado, Carlos González se ha despedido como máximo responsable del Real Ávila, club en el que en principio iba a seguir tras su compra por un grupo empresarial madrileño al sentirse ninguneado por los nuevos propietarios porque no quiere ser “el mero títere de sus decisiones”.
Después de mes y medio de la entrada en la entidad encarnada de la nueva propiedad, “en ningún momento me han comunicado ningún proyecto deportivo y les he demandado que querían de mí”, respondiéndole que “ellos tenían su equipo de trabajo en Majadahonda y que es el que va a dirigir y tomar las decisiones”.
González quería seguir en el Real Ávila: “En mi cabeza la única opción que existía era la de continuar en el club”, pero “la llegada de los nuevos propietarios, me ha llevado a tomar esta difícil decisión” debido a que “mi figura en su proyecto pasaba a ser meramente testimonial, por lo que mejor echarse a un lado y buscar otro reto en el que sentirme valorado y poder seguir creciendo profesionalmente”.
Todo por el Real Ávila
“Me voy con la conciencia muy tranquila, con el orgullo y la cabeza alta de haber dado todo lo que ha estado en mi mano por este escudo, de haber defendido a capa y espada al equipo de esta ciudad y poder poner mi granito de arena para que estos colores lleguen a centenarios”, comenta el que ha sido director general y director deportivo del Real Ávila, “un encarnado más que guardará en su corazón a esta preciosa ciudad y a este querido viejito que roza los 100 años”.
Acompañado por los jugadores, cuerpo técnico y personal del club, Carlos González ha dicho adiós a una etapa de seis años. Un período donde el único objetivo ha sido “hacer crecer al Real Ávila”, para lo que ha habido “infinidad de noches sin dormir, buscando continuamente soluciones, reinventándonos para ver la manera de poder estar entre los mejores, a pesar de contar con unos recursos tan sumamente escasos” y de no poder llevar a cabo el proyecto de remodelación del estadio Adolfo Suárez que no se ha podido ejecutar por la falta de inversiones y apoyos. No obstante, está satisfecho del trabajo realizado, habiendo dejado “al ‘viejito’ gozando de una salud de hierro y a las puertas de la categoría en la que mínimo debe de estar”.
En su despedida González ha mostrado su agradecimiento a César Martín por confiarle el club “y dejarme liderar un proyecto tan apasionante y atractivo”, a las instituciones, a la prensa, a los patrocinadores, a los trabajadores del Real Ávila, a los canteranos y sus padres, a los entrenadores y cuerpos técnicos, a los jugadores -particularmente a los capitanes-, a la afición y a los socios que fallecieron.
Sobre el futuro del club abulense indica que “se queda al mando un equipo de grandes profesionales que seguro os traerán muchas alegrías y éxitos”. El próximo sábado se despedirá en el Adolfo Suárez en el partido contra la Cultural Leonesa B, pidiendo a todos que apoyen al equipo para conseguir “que el 22 de mayo se termine de escribir la canción más bonita del mundo”, o lo que es lo mismo, alcanzar el ascenso a Segunda RFEF.
Apoyos tras su marcha
Numerosos han sido los testimonios de apoyo, reconocimiento y gratitud que ha recibido Carlos González tras comunicar su decisión de abandonar el Real Ávila. Entre ellos se encuentra el del capitán del equipo de Tercera, Andrés Llorián, quien le agradece todo lo que ha hecho aun teniendo que “lidiar con obstáculos, dificultades y trabas” con el fin de “poder sacar el club adelante”. Le desea “mucha suerte” en su futuro “tanto personal como profesional”, lamentando que no pueda estar en el año del centenario de la entidad encarnada. Y opina que “lo mejor aún está por llegar”, prometiendo que “lucharemos por ello, para que te sientas orgulloso de tus jugadores y de tu viejito”.