Podio de la carrera de Madeira, con Alfonso Rodríguez el tercero por la izquierda |
@deportesavila / La isla atlántica de Madeira albergó en fechas pasadas la sexta edición del Madeira Island Ultra Trail, con distancias variables de 20, 42, 85 y 115 kilómetros. En la de 85 tuvo una brillante actuación el corredor de Piedralaves, Alfonso Rodríguez Paredes, finalizando en segundo lugar, con un tiempo de 11 horas, 31 minutos y 55 segundos, tras el portugués Luis Fernández que empleaba 11h 16’57”. Completaba el podio en tercera posición Marcel Battle en 11h 33’24”.
El piedralaveño del Team Salomon-Agisko Italy sufrió “una de las carreras más duras que yo recuerde haber participado, pero a la vez de las bonitas y especiales”. Fueron 85 kilómetros que cruzaban la isla de Madeira, desde Puerto Moniz hasta Machico. La carrera comenzó en horario nocturno y allí Alfonso no se encontró sólo en la representación española, dado que en la línea de salida había madrileños y asturianos.
Salida de la prueba |
Los primeros kilómetros fueron “muy duros ya que salimos en frío”. Les esperaban a los participantes más de 400 metros de desnivel positivo. “El ritmo que llevamos es bastante alto para lo que nos espera, miro hacia atrás y el grupo se estira, pero por delante se van un grupo de cuatro corredores. Yo decido quedarme con Julien Chorier y Armando Texiida, con ellos voy cómodo y son grandes especialistas de los cuales intento ir aprendiendo”, comenta Alfonso Rodríguez.
“Una vez superada la primera subida, afrontamos el primer descenso con escaleras; en él vemos la primera caída y eso hace que Julien aumente el ritmo para cortar un poco más el grupo en que vamos ya que es algo numeroso. Poco a poco Julien se nos escapa y nos quedamos Armando y yo; por delante de nosotros tan sólo van Luis Fernández y Julien”, sigue relatando el abulense.
Alfonso Rodríguez en plena carrera |
En un desvío, Alfonso Rodríguez se va de su acompañante Armando, teniendo por delante únicamente al portugués Fernández que le saca más de dos minutos. Marchando en solitario, con 72 kilómetros aún por recorrer, intenta coger al primero pero su ritmo es muy fuerte. “Tengo que tener sangre fría y dejar pasar kilómetros a pesar de ir sólo”. Pero le alcanza un portugués y el que sería “mi gran compañero de fuga”, Marcel Battle. El ritmo que llevan es muy cómodo para Alfonso, dándole seguridad para dejar pasar kilómetros en la noche.
“El recorrido a pesar de ser nocturno y no tener mucha visibilidad debido a la niebla es precioso, en algún momento pienso que estoy corriendo entre dinosaurios…”, señala jocoso el corredor de Piedralaves, que se sitúa entre la cuarta y quinta posición, subiendo un par de escalones en el kilómetro 40, acompañado de Marcel. Es entonces cuando tienen que “afrontar 16 kilómetros durísimos y de infarto, pero son preciosos y eso lo compensa todo”. Van ganando altura y el frío hace acto de aparición en ocasiones. A partir del kilómetro 13, la altitud es ya de 1.100 metros. Es el momento de acometer pasarelas de metro y medio con caídas de 800 metros al vacío, donde extreman las precauciones.
A la derecha el estrecho camino por el que pasaron los corredores, colgado de un precipicio |
“Poco a poco nos va amaneciendo y estamos llegando al punto más alto de la carrera, el pico Areeiro (1.803 m.). En esos momentos pienso que estoy corriendo hacia el cielo, pero mis piernas están ardiendo en el infierno”. El primer clasificado le saca a Alfonso más de 21 minutos, que va recortando según pasan los kilómetros. Hasta diez minutos consigue reducir la ventaja.
Lo que procede es luchar por la segunda plaza cuando van transcurridos 78 kilómetros. En una bajada cambia el ritmo y deja descolgado a su acompañante Marcel, entrando segundo en la meta.
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