@deportesavila / Un largo recorrido desde el año 2003 es el que ha llevado a cabo el árbitro de fútbol sala de la delegación abulense, Antonio Navarro Rodríguez-Villanueva, para ascender a la Primera División.
“Estoy muy contento, después de 17 temporadas donde conoces a muchos compañeros, todos los partidos, todos los desplazamientos… Un orgullo y una satisfacción llegar hasta aquí. Comencé con 14 años arbitrando el deporte escolar y ahí es donde decido meterme más de lleno”, ha declarado a Saldeporte.
A diferencia de otros deportes, ser árbitro de fútbol sala en la máxima categoría no permite que sea el principal sustento de vida, sino un complemento. “De esto no vive ningún compañero, ni los Fifa ni nadie. Yo he estado dos temporadas en Tercera División, cinco en Segunda B y cuatro en Segunda, y ahora llega el salto a Primera División, los que llegamos hasta aquí es porque esto nos gusta mucho y hacemos un gran sacrificio”, confiesa.
Tras una temporada atípica por la pandemia, Rodríguez Villanueva opina que en la que viene “no nos queda otra que prepararnos como si fuera a ser una temporada normal, pero está claro que nos depara un futuro incierto tanto a nivel deportivo como social, por lo tanto, no sabemos qué pasará con el público, si se va a poder terminar la temporada. Son muchos factores a tener en cuenta”.
El Covid-19 va a obligar a los árbitros de fútbol sala a realizar un protocolo sanitario “bastante exhaustivo”. El 14 de agosto se someterán a un test de PCR. Si sale negativo podrán acudir a la concentración de inicio de temporada, previa al comienzo de la Primera División el 5 de septiembre.
“Esperemos que el resto de categorías se puedan jugar, porque también tienen que pasar un protocolo sanitario que conlleva un gasto y veremos quién lo asume”, señala el colegiado abulense.