1-1 El Real Ávila pierde la cabeza al empatar con el Burgos Promesas

Ángel G. Alameda / Necesitaba el Real Ávila vencer al Burgos Promesas para mantenerse en el liderato al conocer que el sábado había ganado la Cultural Leonesa B en Villaralbo. El equipo de Miguel de la Fuente solo pudo empatar en su compromiso y con ello perdía estar en el primer puesto de la tabla pese a que hizo méritos suficientes para quedarse con los tres puntos en juego porque generó las suficientes ocasiones como para haber marcado algo más que el solitario gol que consiguió a su favor.

Los encarnados se estrellaron ante un rival marrullero que supo sacar rédito de la falta de eficacia local ante la portería contraria. El conjunto abulense encajaba por primera vez un gol en casa, donde perdía sus dos primeros puntos, eso sí, continuando invicto por octava jornada consecutiva y arropado por la afición que se dio cita en la grada y en las vallas. En una parte de ellas, los seguidores locales que allí se agrupaban fueron desalojados en el tramo final por requerimiento del árbitro, interrumpiéndose el encuentro durante diez minutos, hecho que provocó las protestas de los espectadores.

Al poco de comenzar, a Fer Albín le privó el travesaño el que hubiera sido el primer gol encarnado. Arrancaba el Real Ávila presionando y dominando al contrario, con continuas llegadas sobre la portería defendida por Juárez. Los burgaleses tenían que emplearse a fondo para detener las acometidas locales, acciones sin demasiado éxito porque les faltaba el punch final, varias de ellas procedentes de saques de banda o esquina que no encontraban rematador.

Concluía la primera parte sin que el marcador se hubiera movido, habiendo aguantado bien el acoso el filial del Burgos y sin premio para el anfitrión. El guión fue idéntico en la reanudación, llevando de nuevo los encarnados la iniciativa, con Toper efectuando un disparo que se veía interceptado por el meta visitante, arropado por una defensa que tenía que emplearse a fondo.

Al Real Ávila se le negaba el gol, incluso en la oportunidad más clara de todo el partido. Se quedaba solo ante la portería dentro del área Fer Albín, con Juárez vencido y todos los pronunciamientos favorables para anotar. Solo tenía que empujar el esférico. Sin embargo, el centrocampista lo enviaba alto. A continuación, tras recibir un preciso pase de Alberto Martín, sí que resolvió poco después Toper con un tiro ajustado a la base del palo derecho para definir con un bonito gol el 1-0 cuando se cumplía la hora de juego.

PROTESTA LA GRADA POR LAS PROVOCACIONES

Poco duró el alborozo del equipo abulense, ya que cinco minutos después un tiro cruzado de Hugo servía para empatar el partido, tras protagonizar una jugada en la que se internaba por la banda izquierda sorprendiendo a la defensa local. Lo celebraba tocándose sus partes al ‘modo Rubiales’, lo que provocó las iras de la afición encarnada, que le increpó entonces y cuando fue sustituido.

El gol dejó por momentos noqueado al Real Ávila que mandaba salir a Adilson y Amadi -antes lo había hecho Alpha– con el fin de reactivarse. Tardó algún tiempo en hacerlo y lo hizo en el tramo final con constantes acometidas al área burgalesa.

En un saque de banda que correspondía al Burgos Promesas, uno de sus jugadores se quejó al árbitro de los espectadores que se encontraban en la valla junto al bar. Guillermo Iñigo mandó su desalojo al delegado de campo que se dirigió a la zona con el fin de que se retirarán de allí. La decisión del colegiado provocó las iras de la afición, quedándose interrumpido el encuentro durante diez minutos.

ÚLTIMAS TENTATIVAS LOCALES

Se prolongaba el choque al final del tiempo reglamentario durante once minutos más. En ese período el Ávila puso sobre el campo el mayor ahínco por deshacer la igualada. Lo intentó Toper con el saque de una falta que se marchaba fuera por poco y también Alberto Martín con un tiro desviado a saque de esquina. El partido moría y tras el pitido final se abroncaba al árbitro y sus asistentes y a los futbolistas del Burgos, presentándose efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local, que no tuvieron que intervenir porque la acción de los espectadores no pasaba del ámbito verbal.